There are places I remember, all my life, though some have changed some forever not for better, some have gone and some remain. All those places have their moments...
In my life I loved them all...


7 de septiembre de 2009


Abrí la puerta y salí a ese mundo de espacio sideral. Bajé por las escaleras y abrí la reja. Salté por la calle mientras veía pasar a los autos por la vereda. En el camino me compré un helado de melocotón y menos cinco caramelos de algodón. Llegué al trabajo donde todo era color y música. Me metí en la oficina y encendí la computadora. Apagué la luz y revisé los mails mientras tomaba un café. Trabajé toda la mañana y al mediodía me fui a cenar a una heladería cercana. Pedí una medialuna con queso y un jugo de te con leche. Llegué a casa bastante tarde, eran las dos y media de la tarde y todavía tenía que terminar un trabajo para la oficina. Esta vez subí por el ascensor -como era mi costumbre cuando llegaba a casa- y abrí la puerta. Dejé las cosas sobre el sillón y encendí la radio. Me dirigí hacia la cocina mientras veía el noticioso. Preparé un desayuno rápido de pan integral con manteca y un vaso de leche descremada con cacao. Me senté en la mesa del comedor con todos mis papeles y trabajos. Estuve hasta las cinco de la tarde haciendo la tarea. Me preparé el almuerzo cuando terminé y me lo llevé a la cama para mirar la televisión mientras tanto. Puse un canal de música instrumental -el trescientos cincuenta y uno- y me dormí.
Soñé algo muy raro. Me levantaba a las siete de la mañana y desayunaba en la mesa del comedor, por cierto desayunaba pan lactal con manteca y un vaso de leche. Después salía a trabajar en subte y llegaba a las ocho de la mañana. Trabajaba en mi computadora y salía a las cuatro de la tarde, hora a la que pasaba por una cafetería a merendar té con leche y medialunas con queso. Llegaba a casa a las cinco y media de la tarde y hacía mis trabajos mientras miraba la televisión. A las ocho y media cenaba en la cocina mientras escuchaba la radio y me iba a dormir a las diez, después de ver la tele claro.
Me desperté sobresaltado. "¡Que sueño más raro!" me dije a mi mismo. Sin darle mucha importancia a esa locura me levanté y me vestí. Encendí la radio y me metí en la cocina mientras miraba el noticioso. Preparé la merienda y la puse adentro de una bolsa de papel madera. Tomé mi portafolios y salí de mi casa. Bajé por las escaleras y abrí la reja para salir a ese mundo lleno de espacios siderales y estrellas espaciales.

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